Tenía 21 años, fama, talento, dinero, excelente posición
social, todo lo que alguien de su edad tardaría una eternidad en conseguir,
pero le faltaba la calma. Vinculada al mundo de la publicidad y el modelaje
desde los 14 años, a los 17 consiguió junto a la argentina Almendra Gomelsky el
estelar para Nubeluz, aquel programa de sábado en la mañana que se transmitía
por Frecuencia 2 (hoy Frecuencia Latina) y, por Perubólica por supuesto, a 19 países
de Centro y Suramérica. Sus facciones infantiles, sus enormes ojos azules que
acostumbraba abrir desproporcionadamente durante las canciones y su voz suave
le llevaron a cargar con el mote de “la Dalina chiquita”.
Bipolar, propensa a la depresión, el stress y las relaciones
tormentosas, tuvo que dejar Nubeluz en 1993. La noche del 13 de marzo de 1994
se pegó un tiro tras asistir a un matrimonio y allí tener una fuerte discusión
con su pareja, en empresario del mundo de las bebidas gaseosas. En su reemplazo
entró a Nubeluz, hágame el hijueputa favor, nada menos que nuestra paisana
Xiomi (yo creo que su falta de talento fue la que acabó de hundir el programa).
A continuación, la reseña de su muerte en la Revista
Dominical:
Correción: El canal en el que se emitía Nubeluz (y además lo producía), fue Panamericana Televisión, no Frecuencia Latina
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